
Si eres lectora habitual de nuestro blog, ya habrás visto que en artículos anteriores te hemos hablado de la amenorrea y de la oligomenorra. Se trata de dos tipos de alteraciones menstruales frecuentes que se caracterizan por la ausencia de la menstruación durante un periodo, pero que tienen características diferentes.
Puede que al leer nuestros posts entendieras en qué consiste cada una, pero que ahora no te venga la regla y no sepas distinguir si te encuentras frente a un caso de amenorrea o de oligomenorrea. Si esta es tu situación, no te preocupes porque con las indicaciones que te vamos a dar vas a saber hacerlo muy fácilmente.
¿Cuál es la diferencia entre la amenorrea y la oligomenorrea?
La diferencia principal entre ambas es que en la amenorrea es la ausencia de la menstruación en una mujer durante al menos tres meses seguidos (más de 90 días), mientras que la oligomenorrea es una disminución del número de menstruaciones, que se prolongan entre 36 y 90 días entre un periodo y el siguiente.
Además, en la oligomenorrea sí hay ovulación durante el ciclo menstrual, mientras que en la amenorrea no existe ovulación. Por lo tanto, la oligomenorrea es una alteración del ciclo menstrual que afecta a mujeres en edad reproductiva, mientras que con la amenorrea no tiene por qué ser así, ya que puede afectar a mujeres de cualquier edad, como aquellas que nunca han menstruado o cercanas a la menopausia.
Respecto a las causas que provocan amenorrea y oligomenorrea, estas pueden ser las mismas, pero también pueden ser completamente diferentes. Y es que, más bien, en lugar de depender de cada tipo de alteración menstrual, depende de la situación de cada mujer. Los factores que provocan la ausencia de menstruación son fisiológicos, hormonales, disfunciones y su estilo de vida. Es por ello que puede haber una mujer con oligomenorrea y otra con amenorrea, ambas derivadas de la pérdida de peso drástico, a la vez que dos mujeres diagnosticadas de amenorrea no compartan ninguna causa.
Cómo distinguir entre amenorrea y oligomenorrea
Como ya habrás visto, distinguir entre amenorrea y oligomenorrea es muy fácil, pero para ello hay que tener en cuenta varias cuestiones de manera que el especialista pueda realizar un correcto diagnóstico.
La primera de ellas es tener un historial de los ciclos menstruales. Para ello debes registrar la llegada de cada periodo, así como su duración y sus características, como los síntomas y la cantidad de flujo menstrual, por ejemplo. También puedes anotar otras, como si mantuviste relaciones sexuales o si tomaste algún anticonceptivo. Todo esto será determinante para saber cuándo fue la última vez que tuviste el periodo y de qué manera fue. En función de esta información el doctor podrá empezar a determinar un diagnóstico y decidir qué pruebas realizarte.
Una vez tienes localizado tu historial o calendario, debes acudir a tu ginecólogo, pues debe ser él quien, como especialista, estudie tu situación. Después de revisar el historial, el primer paso que dará el doctor es descartar un posible embarazo o la llegada de la menopausia. Una vez descartados, realizará una serie de pruebas y análisis en profundidad: desde una ecografía transvaginal hasta una analítica específica hormonal (para medir los niveles de determinadas hormonas, como la prolactina, el estradiol, la testosterona o las tiroideas) y/o una resonancia magnética o un TAC para descartar cualquier otro tipo de enfermedad. Estas pruebas ayudarán a confirmar el diagnóstico.
Una vez estudiadas las causas de la alteración de tu menstruación, deberás seguir las indicaciones del especialista en todo momento.
Qué tratamiento es el más adecuado
Para recuperar la regularidad del ciclo se aplica un tratamiento u otro en función de las causas que desvele el diagnóstico. Es decir, el tratamiento depende de los factores específicos y de las características particulares de cada mujer. Así, por ejemplo, pueden usarse los métodos anticonceptivos hormonales que combinan estrógenos y antiandrógenos (como la píldora), que ayuda a regular la regla y a que los ciclos no sean tan dilatados. En otras ocasiones el experto puede recomendar cambios en el estilo de vida, como la disminución de la actividad física o una dieta específica.
En todo caso, el tratamiento consiste principalmente en encontrar qué provoca la alteración y corregir la causa que produce este trastorno del ciclo, en caso de que no se trate de causas fisiológicas, como un embarazo o la menopausia.
La oligomenorrea y la amenorrea no son enfermedades, sino que más bien se trata de variaciones de la normalidad en el ciclo de la menstruación derivadas de causas específicas. Es importante que, si detectas alguna alteración en tus periodos, consultes a tu ginecólogo, ya que en muchas ocasiones la menstruación, su periodicidad y sus características son un indicador de nuestro estado de salud.